Abandonada a punto de parir, golpeada en su barriga para alejarla de las casas donde podía parir, desesperada cruzaba un cruce de carreteras con un intenso tráfico al paso de un camaleón, su muerte era segura. Quizás la buscaba. No iba a vivir en un mundo donde no la querían.
El día 31 la recogimos en Torreagüera y el día 1 la operaban de urgencias. Hoy día 3 todavía no se le ve ninguna alegría en su rostro pero le vamos a demostrar que todos no son como sus maltratadores y volverá a tener ilusión por vivir.